Entre el espanto y la ternura
A esta hora exactamente, en algún sitio caen bombas. Uno imagina que alguien las oye descender del cielo como nosotros la lluvia. Esto ocurre cuando Roberth Ramírez escribe un poemario nuevo que nos llega en forma de goterones; son poemas cortos, robustos, firmes y con un objetivo claro.
A veces, uno no sabe si lo que llueve es sangre, o si alguien habrá visto cómo flota en el aire una bruma roja. En los libros con sentido, no es diferente la ficción del mundo en el que se vive a la del que se lee, y esto el autor lo supo hacer de forma clara. En lo personal, lo terminé lamentablemente satisfecho, con dos versos suyos en la palma de la mano que repito junto a ustedes: “Quién mantendrá vivas las máscaras/cuando nos veamos al espejo como perros”.
Joset Navarro Abarca