El linaje de los olvidados
Partieron de pueblos olvidados, labriegos sencillos y humildes jornaleros, para hundirse en las entrañas oscuras y asfixiantes de las minas de la Sierra de Abangares. Otros se perdieron entre los sombríos callejones de las bananeras en Limón, todos persiguiendo el espejismo de una vida digna, solo para descubrir que la pobreza, aunque cambie de lugar, no muda de rostro ni de su esencia opresora.
—Solía decir. «Las minas y las bananeras son como una mujer encantadora, pero traicionera, primero te coquetea, te seduce y te hace soñar con la gloria, luego te quita todo, hasta el alma».
––Lo decía con nostalgia desgarradora.