La palabra de Buddha
Canon Mahayana, Medios Diestros, tomo III
RESUMEN
Este volumen está dedicado a los “Medios diestros”. Pero, no solo porque el Sutra del Loto se encuentra entre sus páginas, sino porque es imposible separar a los Bodhisattvas de los medios diestros y dejar de considerar a estos dos desde el punto de vista de la inclusividad. Cuando se considera a estos tres pilares del mahayana, se hace completamente patente que los cuatro sutras incluidos en este tomo, son una urdimbre que integra y armoniza cada una de las doctrinas budistas.
Así es, desde el primer entendimiento de los Grandes Seres, queda establecido de que por encima de todo se encuentra la gran compasión. Ninguna diferencia debería ser percibida (aunque los seres humanos insistan en su existencia), toda acción de un practicante budista debe estar dirigida porque todos estos existen sin un yo separado y de que la mente es la fuente de toda la confusión; por eso, ninguna cosa debería tener ni el más mínimo poder para separarnos del amor bondadoso. Los medios diestros no pueden ser interpretados como un recurso de retórica, eso sería totalmente superficial y ajeno al budismo. Por eso, los medios diestros no pueden actuar aisladamente. Si no están fundados e impulsados por la ksanti (la inclusividad), su puesta en práctica sería de índole manipulatoria y carente de autenticidad.
Por otro lado, el Sutra de los Infinitos Significados nos ubica, igualmente, cuando establece que, debido a que la naturaleza y que las aspiraciones son infinitas, la prédica del Dharma es, también, infinita y sus significados están afectados de la misma manera por la infinitud. De no ser así, la doctrina no podría ser no dualista y una cadena de consecuencia ligadas al sufrimiento se desataría. Los seres tendrían alma, la verdad nunca podría ser la no dualidad, la discriminación estaría plenamente justificada y la lucha contra el odio, la ignorancia, la mezquindad y la ira no tendría ningún fundamento.
Porque los medios diestros, la inclusividad y la bodichita de los Bodhisattvas son inseparables es que tiene lógica una pedagogía del amor, que nos permita aproximarnos a cada sujeto según sus capacidades intelectuales, psicológicas, biológicas, químicas, físicas y muchísimas otras peculiaridades. Por más que un Bodhisattva sepa y coherentemente practique la vacuidad de todos los fenómenos y de todos los seres, por la autenticidad de su bodisatveidad es indispensable que sepa aproximarse con amor y compasión, sin pretender convencer mediante ninguna estrategia a los otros a una verdad única.
Desde la infinidad del tiempo y el espacio, los Tathágatas han aparecido para exponer la profunda visión de los Buddhas, para demostrarla y ayudar a los seres a despertar y seguir el camino del Dharma, para que todos puedan alcanzar la budeidad. Y, para llevar a todos estos seres por el correcto sendero, es que emplean incalculables recursos oportunos, ofreciendo las enseñanzas bajo distintas formas, para que se adapten a las distintas clases de personalidades y temperamentos.
Cuando se alcanza el último sutra de este tomo, el de la Enseñanza de Vimalakirti, podemos entender que el Buddha emplea una compleja parábola, una verdadera escenificación teatral para darnos detalles profundos acerca de lo que significan los medios diestros. La propuesta de Vimalakirti es la de la liberación inconcebible y mediante la misma nos asegura que podremos superar la falsedad que atrapa nuestras mentes. Así, nos enfoca sobre una implicación más profunda en la vacuidad, porque la mente finita y la egocéntrica son incapaces de concebir la naturaleza última de todas las cosas; y, porque solo así, podemos alcanzar la tolerancia del no-nacimiento último de todos los fenómenos y de todos los seres. Solo mediante esta indiferencia serena, nuestra mente será capaz de abrirse gradualmente hacia esferas cada vez más amplias.
Por eso, es que la doctrina de los medios diestros está íntimamente ligada a las contradicciones. Esta es su fortaleza y nunca su debilidad.
Así de claro nos habla este último sutra: El Dharma carece de aceptación o rechazo. Aquel que se mantiene en las cosas y las deja ir, no está interesado en el Dharma, sino que, está interesado en mantener y en dejar ir. El Dharma no es un refugio seguro. Aquel que disfruta de un refugio seguro, no está interesado en el Dharma, sino que, está interesado en un refugio seguro. El Dharma carece de signos. Aquel cuya conciencia persigue los signos, no está interesado en el Dharma, sino que, está interesado en los signos. El Dharma no es una asociación. Aquel que busca asociarse con el Dharma, no está interesado en el Dharma, sino que, está interesado en la asociación. El Dharma no es una visión, un sonido, una categoría o una idea. Aquel que está involucrado en visiones, sonidos, categorías o ideas, no está interesado en el Dharma, sino que, está interesado en las visiones, los sonidos, las categorías y las ideas.
¡Este es el maravilloso panorama de los medios diestros!