Reseña

Betty Ledezma (1950), quien disfruta hoy su
jubilación, se graduó en la Universidad de
Costa Rica y durante muchos años dio clases
de Español. Cartas a una madre en duelo es
su ópera prima; aunque siempre le gustó
escribir, sobre todo poesía, nunca imaginó que
lo hacía para publicar. Alguien podría pensar
que escribe como terapia y quizá tenga un
poco de razón, pero eso no es suficiente, pues
sabe expresar bellamente sus sentimientos;
sus textos despiertan sensaciones, en ellos hay color, olor a bosque,
sonido de río, vuelo de colibrí.
Betty pudo escribir este libro porque tiene un corazón generoso,
sano y ahora fuerte. Hoy puede compartir su experiencia. Abrió sus
manos apretadas y dejó ir al hijo amado, dejó que el dolor volara,
fluyera, como las simientes de la flor de diente de león.
Tras unos años, abre su alma de par en par, secó las lágrimas de
fuego que le arrancó la muerte de su hijo para decir a otras personas
con experiencias similares que hay esperanza, que se puede salir
adelante, que hay un camino hacia la luz