Reseña

La economía de cualquier país no puede crecer de manera sostenida a no ser que
aumente de forma importante el nivel y la tasa de crecimiento de la productividad. Es
decir, la eficiencia con que se utilizan los distintos factores de la producción (trabajo,
capital y recursos naturales). Así, la productividad de un país aumenta cuando se producen
más bienes y servicios con la misma cantidad de factores o cuando se produce la misma
cantidad de bienes y servicios con menos factores de la producción. Es por ello que, como
evidencia la literatura empírica, la productividad es el motor fundamental del crecimiento
a largo plazo de cualquier economía y únicamente mediante su incremento es posible
elevar los niveles de vida de una población, donde el crecimiento de los salarios reales
(descontada la inflación) es el mecanismo más directo a través del cual se transfieren los
beneficios del crecimiento de la productividad a los trabajadores.
Existen diversas medidas de productividad como, por ejemplo, la productividad total de los
factores y la productividad laboral. Este estudio se concentra en la medida de productividad
laboral (producto por hora laborada en las secciones 2 y 3 y producto por trabajador
en la sección 4). Ello implica que el aporte de otros factores claves al crecimiento de la
producción, como el capital o los recursos naturales, no se toman en cuenta de forma
explícita en el análisis. Esto se debe primero a la disponibilidad de datos y, luego, porque
el estudio se enfoca principalmente en analizar la relación entre la productividad laboral,
los salarios reales y el empleo.