Tan encadenada como tú
Estamos en el año 2024 y seguimos viviendo en esclavitud, no una de látigos y jaulas, sino una mental, y esto debido a lo que nos hacen creer las personas a nuestro alrededor y de paso los medios de comunicación.
Muchas personas llegamos a este mundo a vivir en esclavitudes y no las definimos como tales hasta que salimos de estas. Al llegar a ese punto de salida es cuando desde la barrera observamos que podemos ponerle el nombre de esclavitud a la condición en la que solíamos vivir, y ya no verla más como una normalidad a la que estábamos tan acostumbrados.
Cuando te conviertes en un espectador de tu vida se va volviendo más sencillo encontrar soluciones, cuestionártelo todo, desconfiar y prohibir que te hieran una y otra vez.
Es difícil que una persona ame cuando nunca le han enseñado a amarse primero y bien es cierto que puede aprender a amarse y a amar a los demás por su cuenta, pero como las guías del amor no existen en su ser, se pierde de nuevo en el camino y termina dándolo todo en el amor, para luego quedar vacío otra vez.