Reseña

Tercera entrega de esta saga detectivesca ubicada en el año 1963 nos muestra una vez más la angustia que viven los costarricenses debido a la erupción del volcán Irazú.
Mientras algunas personas creen que la emanación constante de ceniza es un castigo de Dios, otros resignados simplemente siguen con su vida y esperan que en algún momento el Volcán deje de lanzar ceniza.
En este entorno los veteranos detectives atienden un asesinato con giros inesperados y tonos espeluznantes, rozando lo misterioso y sobrenatural.
Los casos que llegan a la oficina de los detectives son tantos, por esto deciden asignarle un caso al aprendiz de detective, que resultó ser un joven perspicaz e inteligente cuyo método de investigar daría buenos resultados, esta novela está plagada de misterio, drama, suspenso y terror.