En busca de revelación y esperanza
El Espíritu Santo reparte dones de revelación a quien Él quiere. Dios habla por medio de sueños, visiones, bocas proféticas y aún audiblemente. Al principio, la persona que comienza a escuchar la voz de Dios se asusta y piensa “debo estar perdiendo la cordura” y hace caso omiso de lo que oyó. Por eso el pueblo de Dios necesita ser entrenado en el desarrollo de estos dones. La Biblia dice que el propósito de la revelación de Dios es edificarnos, dirigirnos y ministrarnos consuelo. Por lo tanto, la voz de Dios nos da esperanza de que, aún dentro de circunstancias difíciles, Él está en control y nos mostrará lo que debemos hacer.