Reseña

Ya en madurez de estado, seguí mi pasión por la poesía erótica y por la poesía irreverente que ha caracterizado mis textos de estos años, una poesía desenfadada donde la mujer siempre está en posición prioritaria frente a quien sea.
Jugar se tornó vital para mutar y muté.
Es difícil lograrlo a mis prácticamente setenta, cuando esperan que espere la esperada presencia de la muerte, sentada en una poltrona haciendo nada. Pero hice, hago y seguiré haciendo, hasta que el cuerpo grite basta y el cerebro también.
Hay en mi obra un folleto que redime la libertad del verso: POEMAS LOCOS QUE ANDAN SUELTOS, donde no existe la unidad temática, esa tiranía que impide el nacimiento de poemas renegados, valientes, válidos, que duermen el sueño injusto en gavetas oscuras.
Por ello decidí incorporarlo al final y agregar los tantos poemas inéditos que andan sueltos y a veces, solo a veces, medio locos.