Fotos robadas y otros cuentos
Hubo un tiempo de cabezas piojosas y barrigas vacías, cuando en los pueblos de Guanacaste los juguetes eran de madera y clavos y en las zapaterías se hacía un calzado temible que había que domar; una plaga en la milpa podía ser asunto de vida o muerte; el hambre acechaba los caseríos; en la oscuridad que nos devoraba cada noche merodeaban las bestias o en una botella oscura se escondía el final de todo.
Hubo un tiempo menos lejano que las galaxias y más nuestro que los rascacielos; un tiempo de historias que ocurrían y las contábamos.
Este es un libro de Héctor Gamboa en el que fantasía y realidad se rebelan contra el olvido.